miércoles, 26 de enero de 2011

Ven a celebrar con nosotros el día de San Valentín.

El día 12 de febrero Restaurante Las Mayoralas te invita a celebrar el día de San Valentín, con música en directo. Teléfono de reservas 951167491.

lunes, 24 de enero de 2011

El Cortijo de Las Mayoralas por Francisco Santos Arrabal.

Era el año 1746. Don Francisco Marfil Lagos, casado con Doña Isabel de los Ríos, actuaba de escribano público de las villas de Iznate y de Benamocarra, de donde era vecino. El matrimonio poseía unas tierras en las Rozas Bajas, cerca de Periana, junto al río Guaro. Lindaban con éste, con un cortijo de las monjas de San Bernardo, con tierras de una señora de Periana llamada Teresa Pascual y con el arroyo del Marrano.
Estas tierras habían pertenecido años antes al inquisidor Don Cristóbal de Aranda y Varona. Don Cristóbal había fundado un patronato, para el que tomó dinero con un censo redimible (hipoteca) de ocho mil ochocientos reales de vellón con la garantía de estas tierras.
Cuando en el citado año de 1746 el matrimonio Marfil de los Ríos decide desprenderse de la tierras todavía estaban gravadas con el censo.
Llegan a un acuerdo para su venta con dos señoras de Vélez. Eran hermanas y solteras, aunque el documento de venta no lo dice así; dice que eran “de estado honesto”. Por lo visto, estas señoras andaban desahogadas económicamente y no solamente pagaron las tierras sino que también redimieron el censo (levantaron la hipoteca); pero esto no fue todo: también construyeron en ellas una casa. Así, con sus cuarenta fanegas de tierra, cuatro de regadío y el resto de secano, con sus olivos, con su era empedrada y con la nueva casa, la propiedad quedó convertida en cortijo, que pronto fue conocido por el cortijo de las Mayoralas. Y, ¿por qué este nombre?. La respuesta es bien sencilla: porque las señoras se llamaban Doña María Mayoral y Doña Lorenza Mayoral, conocidas como las señoras Mayoralas.Al no tener descendencia directa nombran por su heredera a una sobrina llamada Doña Isabel Ana Mayoral Doppere, natural de Sevilla y vecina de Vélez. Ésta, a su vez, en el año 1806, nombra heredera universal de todos su bienes a Doña Teresa Jiménez, que tuvo la ocurrencia de casarse con un buen pajarraco, con Don Francisco Renjifo Segarra. Era raro el día en que la pobre de Doña Teresa no dormía caliente: el indeseable de su marido tenía la mano algo larga y las palizas eran plato común en aquella casa. La sufrida de Doña Teresa se negaba a poner el cortijo a nombre de su marido y lo dejó en herencia a su hermano Antonio; el marido, que ya sabemos cómo se las gastaba, lo intentó por las bravas: le dio tantos palos que la pobre no tuvo más remedio que ceder y nombrarle heredero. Dice el documento: “... por complacerlo y evadirse de los malos tratamientos con que la insultaba”.Cuando muere Doña Teresa, aparecen dos testamentos; el marido y el hermano pleitean durante dos años por la herencia y éste gana el juicio en el juzgado ordinario de Vélez y en la Real Chancillería Territorial. ¿Por qué ganó el hermano?. Ganó porque Doña Teresa, a pesar de las palizas, conservaba despejada su mente y tuvo la malicia de incluir en el testamento, según nos dice una escritura, “una cláusula revocatoria que, con particulares palabras, había dispuesto a cautela la Doña Teresa”.
Así llegamos al año 1819, en que el flamante nuevo propietario toma posesión del cortijo. Le duró poco el goce de la herencia: el día 29 de julio lo vende a Don Francisco Guerrero Torres, escribano de Vélez Málaga. El precio fueron treinta y cinco mil reales de vellón, distribuidos de la siguiente forma:
- diecisiete mil reales que le había prestado el comprador en varias partidas durante la duración del juicio
- cuatro mil reales en especies: trigo, aceite y un cerdo de un año
- seis mil doscientos setenta reales en monedas de oro y plata a la firma de la escritura
- siete mil setecientos treinta reales, que retiene el comprador para hacer frente a los siguientes compromisos: mil setecientos reales que costaron el funeral y las misas de D.ª Teresa; dos mil treinta reales que se deben de gastos judiciales; dos mil reales a D.ª Rafaela Renjifo, legado de D.ª Teresa, y mil reales a Rosa Agüero, otro legado de D.ª Teresa.
Desconozco las razones que le movieron a desprenderse tan pronto del cortijo. Pudo ser porque no le interesaba labrarlo o, quizás, porque le afectó la maldición del gitano de “pleitos tengas y los ganes”. ¿Vendió para pagar los gastos de los juicios?. Esto parece desprenderse de lo dicho anteriormente: ya hemos visto que de treinta y cinco mil reales que valía la herencia sólo le quedaron limpios seis mil doscientos setenta reales.
Seguramente que la adquisición del cortijo por parte del escribano Guerrero Torres fue una operación meramente especulativa y nunca tuvo intención de hacerse labrador en Periana: a los pocos meses, concretamente el 24 de mayo de 1820, se desprende de él vendiéndolo a D.ª María Godoy, una señora viuda de Periana. Por la escritura de esta venta sabemos que la casa del cortijo estaba derruida y que en la finca había ciento sesenta y un olivos.

Francisco Santos Arrabal
Otros datos
Ver el legajo P-5028, folio 411 (12.06.1759) del Archivo Histórico Provincial de Málaga.

- El día 12 de junio de 1759 se firma un acuerdo entre D.ª María Josefa Mayoral Colado y su sobrina D.ª Isabel Ana Mayoral.
- Las dos eran de estado honesto. “Por sí mismas se gobiernan y administran sus bienes”.- El día 23 de marzo de 1759, la sobrina denuncia a su tía y le reclama la parte de herencia que le corresponde por la muerte de su abuelo paterno Don Francisco Mayoral.
- Al morir Don Francisco hereda su viuda D.ª Francisca Colado.
- Hijos del matrimonio: Don José Mayoral Colado, padre de Isabel Ana; Rvdo. Padre Fray Manuel de Vélez, religioso capuchino; Don Salvador Mayoral Colado; D.ª Lorenza Mayoral Colado; D.ª María Josefa Mayoral Colado.
- “Con el motivo de hauerse ausentado el dicho Don Saluador de esta ciudad para los reynos de Indias, donde adquirió algún crezido caudal y todo lo dejó por su fallecimiento a la dicha D.ª Francisca Colado, madre común, le fue notiziado”. Estando ésta tramitando la herencia falleció en su casa de Vélez.
- Sus hijas D.ª María y D.ª Josefa se hacen cargo de cobrarla, sin tener en cuenta los derechos que tenía su sobrina como heredera de Don José Mayoral Copado, y difunto. Isabel. “Comenzaron a usarlo, manejarlo y emplearlo en diferentes posesiones que administraron”; entre ellas las tierras de las Mayoralas.
- Ana recurre a su tío el sacerdote, “que a la sazón era guardián en el convento de capuchinos de la ciudad de Seuilla”.... “El referido le hauía aconsexado mudase de domicilio a esta ciudad y pasase a vivir en compañia de las dichas D.ª María y D.ª Lorenza Mayoral, sus ermanas, con quienes ygualmente gozaría y disfrutaría el dicho caudal prohiniuiso y que, consintiendo en ello, se vino con D.ª Ana Jarobo de Dopiere, su madre, y permaneció sin más facultades a dicho caudal que el que le permitían las dichas D.ª María y D.ª Lorenza, reduziéndose a los alimentos nezesarios hasta entonces, sin embargo de que en el yntermedio, por el año de setezientos y zinquenta y zinco, hauía fallecido ab intestato la D.ª Lorenza”.

Noche Flamenca en el Complejo Turístico "Las Mayoralas".



Tras las últimas noticias sobre la designación del flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un reconocimiento otorgado este martes día 16 de noviembre, por el Comité Intergubernamental de la Unesco reunido en Nairobi (Kenya) el Complejo Turístico las Mayoralas se une a la celebración ofreciendo en sus instalaciones una actuación flamenca.

Recordemos que el flamenco es una expresión artística resultado de la fusión del cante, el baile y el toque. Aunque es una manifestación cultural representativa e identitaria del patrimonio cultural inmaterial de las Comunidades Autónomas de Andalucía, Extremadura y Murcia se ha convertido en un signo distintivo de la cultura española en el mundo.

Su expresión vocal, el cante, funde la tradición oral y colectiva y la creación personal. Con estructuras musicales diversas y unas letras breves y sencillas, sirve de cauce para la expresión de todos los sentimientos y estados de ánimo: la pena, la alegría, la tragedia, el júbilo, el miedo, etc. En el baile se manifiesta un amplio abanico de situaciones que expresan tristezas y alegrías. Su diversidad depende de aspectos musicales, coreográficos (estructurados o espontáneos), geográficos (escuelas locales) y de contenidos.

El flamenco, tras un intento fallido en 2005, inició su andadura en 2009 cuando la candidatura fue registrada en París en agosto de ese año y desde comienzos de 2010 se puso en marcha la campaña 'Flamenco Soy' para promocionar nacional e internacionalmente el proyecto, que ha contado con el el impulso del Gobierno de España y el consenso de Murcia y Extremadura, así como con gran apoyo institucional, de artistas y particulares. Más de 30.000 personas procedentes de 60 países lo han votado online.
.
El Complejo Turístico Las Mayoralas quiere festejar de manera personal este acontecimiento organizando una noche flamenca con los siguientes invitados de lujo:
AL CANTE:
-Jose Antonio Fernandez,
-Raul Alcantara "El Troya" y
-Pepe Calayo
A LA GUITARRA
-Manuel Gonzalez
Y AL BAILE
-Monica Romero

Precio del MENÚ: 20€
Información y reservas en el teléfono 951167491

lunes, 27 de septiembre de 2010

Nuevo Evento en el Restaurante Las Mayoralas

El próximo sábado día 2 de octubre tendrá lugar en el Restaurante del Complejo Turístico Las Mayoralas una degustación acompañada de música en directo a partir de las 20:00 horas, para más información del evento y reservas podéis llamar al Teléfono 951167491.
MÁS INFORMACIÓN EN SU WEB - COMPLEJO TURÍSTICO LAS MAYORALAS

lunes, 30 de agosto de 2010

Las Mayoralas


LAS MAYORALAS
Y en este mismo valle, donde agora
me entristezco y me canso, en el reposo
estuve ya contento y descansado.
{Garcilaso de la Vega}
***
Recuerdo mi infancia en el campo.
Las Mayoralas era un nombre difícil,
Por eso, para mí, siempre ha sido el campo.
Echando la vista atrás, veo la casa de mi abuela:
El salón, el pajar, el corral, y los escalones de la cocina.
Aún tengo intacta en mi memoria, la tinaja de la cal.
La cabina telefónica que estaba en el salón,
El pantano sin llenar, el río con las madejas de lana,
Las cañas del Tajoncillo que ya desaparecieron para siempre.
Recuerdo mi infancia en el campo.
Las Mayoralas era un nombre difícil,
Por eso, para mí, siempre ha sido el campo.
Allí en la era, aquella en la que jamás vi que se aventara,
Se moliera, o se almacenara cereales, pasaba las tardes
Jugaba a la pelota con mis primos y mi hermana.
Allí aprendí a montar en bicicleta, no sin caerme.
Desde allí conocí a uno de mis primeros desamores.
Desde allí crecí, poco a poco, y sobretodo maduré.
Recuerdo mi infancia en el campo.
Las Mayoralas era un nombre difícil,
Por eso, para mí, siempre ha sido el campo.
Las Mayoralas ya no es un nombre difícil,
El pantano se ha llenado de agua, y recuerdos,
En realidad, todo ha cambiado desde mi infancia.
Ya no monto en bicicleta, ya no juego a la pelota,
Ya no me enamoro allí, ya no está la casa de mi abuela,
Ni la de mis tías… allí sólo queda el pasado.
Pero para mí, siempre será el campo,
Siempre serán Las Mayoralas mi segundo hogar,
Porque, allí crecí, y allí volveré siempre, pase lo que pase.
***
Autor:
Josemy Valverde

martes, 10 de agosto de 2010

Primeras aproximaciones a la aldea de Catalán.

He marcado de manera aproximada la situación de las tierras de la aldea de Catalán a la espera de un plano que oriente mejor acerca de sus casas, huertas y situación exacta de las tierras que pertenecían a esta aldea.
Comenzaré hoy por situarla y hablaros un poco de lo que los vecinos que allí vivieron me han contado.
La aldea de Catalán estaba situada frente a la aldea de las Mayoralas, justo cruzando el río, en primer lugar se podían ver unas huertas de naranjos, justo después de la huerta cruzaba una acequia, al lado de la acequia había unos corrales y cruzando la pequeña calle vivían los vecinos, la mayoría de ellos eran familia apodados "los chicoleos", también vivía la familia de Antonio Cencerra y los Calayos.
Estos cortijos estaban alineados, cuyas fachadas miraban hacia la aldea de Las Mayoralas, un poco más alejados de estos vivían otras familias y sus cortijos se llamaban así: - Cortijo La Jimena, - Cortijo Manuel Rita, (este cortijo casi siempre estaba habitado por renteros) - Cortijo de Pepe Zarumba.
En total había unos 10 cortijos y unas 42 personas viviendo en la aldea entre los años 1965/1970.
Pasada esta época la gente fue buscando otros lugares donde establecerse por una posible expropiación cada vez más cercana.
Era una economía de subsistencia, una vida entregada al campo con grandes extensiones de terreno destinadas al cereal, el trigo podían recogerlo para su posterior molienda y usado para hacer pan y con el resto del cereal daban de comer al ganado.
Los vecinos eran una pequeña comunidad y ellos mismos satisfacían sus propias necesidades haciendo intercambios de víveres, de mano de obra...
Los niños de la aldea se dirigían cada día a la escuela de Las Mayoralas para dar sus lecciones.
En esta aldea vivió el abuelo de nuestro gran amigo Josemy Valverde, al cual dedico esta pequeña historia, de la desaparecida aldea de Catalán.

domingo, 20 de junio de 2010

Foto de escolares de Las Mayoralas.

Adjunto una foto de niños de Las Mayoralas, creo que es de los años 60, en ella esta mi marido José Carrera que era natural de esta aldea. Si alguien dispone de más información acerca de esta foto que se ponga en contacto conmigo a través de mi correo electrónico aldeasdeperiana@gmail.com . Un saludo
***
Imagen que nos envía Asunción Ruiz, nacida en la aldea de Moya, muchas gracias por participar en este blog.